Ruta de la Murallas

///Ruta de la Murallas
Las murallas de Daroca son el elemento que mejor define a la ciudad desde el punto de vista de la monumentalidad.

No se caracteriza por ningún elemento diferenciador; no tiene la unidad estructural que presenta el recinto de Ávila o el de Lugo, pero es mucho más variado y complejo que cualquier otro de nuestro país. Es obra de muchos años y muchos tipos de elementos constructivos. Ciento catorce torreones se disponen a lo largo de los cerca de cuatro mil metros de trazado amurallado que rodea la ciudad.

Las murallas rodean por completo la ciudad
Foto Julio E. Foster

El recinto de Daroca fue comenzado por los musulmanes al poco tiempo de su presencia en la Península ibérica. Las murallas musulmanas englobaban el actual castillo Mayor, alcazaba de la ciudad islámica y de allí ascendían por el cerro de San Cristóbal hasta la cima, para descender hasta el actual muro de los Tres Guitarros, desde donde cortaba los barrancos de la Grajera y Valcaliente para enlazar con la base del castillo Mayor, encerrando en su interior a la medina islámica.

Desde 1142 la ciudad, ya cristiana, creció considerablemente y fue necesario ampliar el recinto para englobar en su interior los nuevos barrios que habían surgido al exterior de la ciudad musulmana; se cerró así un amplísimo recinto tal y como queda en la actualidad; uniendo lo cerros de San Cristóbal y de San Jorge, con dos puertas magníficas, la Alta y la Baja, a ambos extremos de la calle Mayor.

Itinerario

Torre de la Espuela
Foto Julio E. Foster

Para visitar el recinto amurallado conviene seguir el itinerario citado, comenzando por la Puerta Baja y ascendiendo hacia el cerro de San Cristóbal. La ruta guiada nos lleva a recorrer todo el recinto y a visitar el castillo. La duración aproximada de la ruta del castillo es de 45 minutos, mientras que el recorrido por las murallas supone unas dos horas de paseo. Se recomienda el empleo de calzado deportivo o similar.

La Puerta Baja es una de las entradas monumentales más imponentes de todo el país. Grandiosa en toda la extensión del término, la Puerta Baja de Daroca dispone de enormes torreones flanqueando un amplísimo arco de anchura sin igual.

Desde aquí puede ascenderse por la calle escalonada a la derecha de la salida de la ciudad, hasta llegar a la puerta del Arrabal, pequeño portillo abierto en la muralla y desde cuyo interior se divisa una magnífica panorámica de la población. Desde allí puede seguirse por el exterior de la muralla hasta llegar al torreón de los Tres Guitarros, no sin antes observar las murallas de ladrillo con lacerías en este mismo material, datado todo ello en el siglo XVI.

El muro de los Tres Guitarros recibe este nombre por tener tres pequeñas ventanas cuyos vanos recuerdan la figura de este instrumento musical. Es un torreón redondo al lado del cual todavía quedan restos de la antigua iglesia de San Valero, una de las diez parroquias de la ciudad hasta que en el año 1232 quedaron reducidas a 7, quedando San Valero convertida en una simple ermita.

La torre siguiente, destruida en vertical la mitad de la misma, es la llamada del Águila, tiene planta cuadrada y está construida en mampostería, con sillares reforzando las esquinas. Puede fecharse en el siglo XIV, con motivo de la Guerra de los Dos Pedros entre Aragón y Castilla.

Desde allí se asciende a lo más alto del cerro, donde se asienta el torreón y castillo de San Cristóbal. Se trata de un pequeño recinto amurallado que consta de un gran torreón de mampostería con las esquinas reforzadas con sillares y entrada elevada del siglo XIV, y una pequeña torre de mampostería en la parte más alta de la cima y que actualmente apenas conserva dos metros de altura que puede datar de época musulmana.

Desde San Cristóbal el cinturón de murallas desciende por una acusada pendiente hasta el muro llamado del Jaque (recientemente denominado como de la Pólvora); este tramo es uno de los mejor conservados de todo el recinto, realizado aquí a base de tapial cubierto con mampostería y argamasa; los torreones que alternan este tramo son de planta cuadrada, resaltados tanto en altura como hacia el exterior, sirviendo a la vez de torreones defensivos y de contrafuertes. El torreón del Jaque ha sido restaurado recientemente, reparando partes del mismo que se hallaban muy dañadas. Es una torre construida y rehecha varias veces, por lo que presenta una gran variedad de aparejos, aunque domina el mampuesto y el tapial.

Desde este torreón, el recinto gira casi noventa grados para enlazar con la gran mole del castillo Mayor. Este castillo, antigua alcazaba musulmana, constituye la principal fortificación del recinto defensivo darocense. A su lado destaca la llamada torre de Zoma, construida en mampostería y que debió formar parte de la alcazaba musulmana.

Puerta Alta y Torre de los Huevos
Foto: Julio E. Foster

Desde el castillo Mayor las murallas descienden hacia la Puerta Alta. Tras una zona de tramos murados muy alterados y semiderruidos, se ubica el torreón de la Sisa, de planta pentagonal, que ha sido restaurado y se utiliza como albergue juvenil. Junto al torreón, construido en planta en sillares y rematado en ladrillo, había una puerta con arco semicircular que hace varios años se derribó, quedando en su lugar la entrada a la ciudad, a la zona de Barrio Nuevo.

Tras un largo tramo se llega a la torre de los Huevos, que fue derruida en parte por una tormenta y restaurada hace pocos años. Es asimismo de planta pentagonal y construida en piedra sillar. Al lado mismo de ella se abre la Puerta Alta. El portal, que conservó la puerta de madera hasta principios de este siglo, se cierra con arco apuntado en sillares, rematado por un escudo de la ciudad. Frente a esta puerta había una torre que ha desaparecido, quizás en el siglo XIX; esta torre todavía existía en los últimos años del siglo XV11 y servía para proteger la puerta de un ataque directo. El arco data del siglo XV y fue reformado en parte en la zona superior, construida en ladrillo, en el siglo XVIII.

Desde la Puerta Alta el recinto se extiende hacia el cerro de San Jorge. Entre la cima de este cerro y la Puerta Baja se disponen dos grandes torres de planta cuadrada, una en sillares y rematada con matacanes, y otra, de planta pentagonal, también en sillares, llamada de las Cinco Esquinas. Todo este tramo está construido en tapial, reforzado con ladrillo formando lacerías.

El cerro está coronado por la torre de la Espuela o de Cariñena, uno de los más espectaculares de todo el recinto. Este torreón, de planta cuadrada y construido en sillares, fue partido en dos verticalmente durante la Guerra de la Independencia y reconstruido hace veinte años; todo este sector constituía un auténtico castillo apoyado en otro torreón, el de la Pólvora -derribado a principios del siglo que tenía planta circular y estaba construido en sillares-, el muro del Palo -del que sólo queda la parte inferior- y la torre de San Jorge -de la cual sólo queda un gran mogote de tapial-.

Desde aquí se desciende hacia la Puerta Baja a través de varios lienzos y torreones de planta cuadrada muy alterados, construidos en tapial, ladrillo, mampuesto y sillares. Al lado de la carretera se conserva un torreón cuya base es de mampuesto y la parte superior de ladrillo, y junto a él el llamado Portal de Valencia, pequeña puerta defendida por un torreón pentagonal y cubierta con un arco apuntado, obra en sillar del siglo XV. Desde allí hasta la Puerta Baja la muralla está oculta por varias casas.

Foto: Archivo Santiago Cabello
Puerta de Valencia

Es difícil fechar todo el conjunto, excepción hecha de algunos elementos significados o notables, pero la variedad del mismo no permite hacerlo hasta que no se hayan realizado más excavaciones arqueológicas en su trazado. Las excavaciones realizadas hasta la fecha han puesto de manifiesto la existencia de un palacio-castillo musulmán, datable en principio y de forma provisional en el siglo XI, en el llamado castillo Mayor, y otra cata en el cerro de San Jorge ha dado restos arqueológicos desde el siglo XV hasta el XIX, mostrando, en consecuencia, un hábitat y ocupación ininterrumpida, al menos en parte, del recinto desde el siglo IX hasta el XIX.

La Ruta de las Murallas

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